jueves, 14 de enero de 2010

Cascarilla de cacao


Es rica en magnesio y teobromina y muy útil en caso de debilidad, diarrea e inflamación.

El cacao, originario de América Central, era ya cultivado y consumido, tanto su semilla como su cáscara, por los antiguos mayas hace más de 2.500 años. Precisamente en su cascarilla se hallan sus principales propiedades terapéuticas y medicinales.

Además de ser rico en magnesio, ácidos oleico y linoleico, vitaminas y pectinas, la cáscara de cacao es rica en el alcaloide teobromina que le confiere sus virtudes más relevantes sobre la salud, siendo un excelente aliado en caso de:

Cuadros inflamatorios. La teobromina es diurética y antiinflamatoria, por lo que resulta un buen tratamiento complementario para paliar la retención de líquidos o edemas en el organismo. Para ello se tomará en decocción dos veces al día a razón de una cucharada de cáscara de cacao por dosis.

Deficiencia de magnesio.En todo tipo de deficiencias de magnesio, la decocción de la cáscara de cacao ofrece un buen aporte de este mineral. Sus efectos se notan a largo plazo. Puede endulzarse con miel o un poco de azúcar integral de caña para que no resulte excesivamente amarga.

Astenia.La teobromina es un estimulante suave, por lo que resulta un buen sustitutivo del café, cuya cafeína es mucho más excitante.

Diarrea.Es eficaz para cortar diarreas y recobrar el buen funcionamiento del intestino, con la ventaja sobre otras sustancias de que elimina las bacterias patógenas intestinales, propias de las diarreas.

La cáscara de cacao puede adquirirse en herboristerías y tiendas de dietética, y aunque es un alimento natural, no deben tomarlo aquellas personas que presenten alergias a los derivados del cacao, estreñimiento, acné, hipercolesterolemia grave y dolencias renales.



Para infusiones con leche o agua dejar hervir en agua, esperar a que tome color y colar. Luego mezclar en leche y endulzar al gusto.

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